La Asociación de Vecinos de Romo, Erromoko Auzokideen Elkartea, desea realizar algunas apreciaciones a sus declaraciones hechas al periódico municipal (de todos) Getxoberri:
Aitor Elorduy y Gabriel Chapa, son los arquitectos de la Romo Kultur Etxea. |
¿ALEGORÍA A LOS ACANTILADOS DE LA GALEA?
Todas y todos los vecinos de Romo
conocemos, obviamente, nuestra costa. Este enclave es espectacular. Hasta aquí
estamos de acuerdo. Ahora bien, intentar trasladar tal inmenso paisaje a un pequeño
entorno cerrado como lo es la plaza de Santa Eugenia, van “muchos
acantilados”. Las personas que vivimos
en éste barrio y compartimos este pequeño enclave, hemos estado acostumbrados
durante casi un siglo a un edificio como
el que albergaba las antiguas escuelas, de poco más de siete metros de altura,
acorde con el entorno. En cambio, el
megaedificio que ustedes han diseñado, supone veinticinco metros de
altura, tres veces y media más que el
antiguo. Es decir, hemos pasado de dos plantas al equivalente a ocho en un
edificio de viviendas. Coincidirán con nosotros y nosotras que es algo
completamente desmesurado, para un entorno donde prevalecen las viviendas de
baja densidad, donde ochenta de ellas no sobrepasan los nueve metros.
Además dicen, “la citada plaza y su entorno
es un espacio amable, accesible y bien comunicado…” Ya sabemos que a quién
tienen que vender el proyecto es a quién les paga y en este caso es el
Ayuntamiento de Getxo. Dice el refrán que “quién a buen árbol se arrima buena
sombra le cobija” y eso es precisamente lo que han hecho ustedes, ponerse de
cara al sol que más calienta, ponerse del lado del pagador y no del de la
ciudadanía, contraria al megalucimiento del proyecto. Por tanto, ¿qué van a
decirnos? Está claro, todo son elogios
para su edificio y el del Sr. Landa.
Nosotros y nosotras, los que vivimos en Romo,
les manifestamos que éste espacio ha dejado de ser “amable, accesible y bien
comunicado” hace mucho tiempo. Sobre
todo, desde proyectos descomunales, desorbitados e invasivos, como el que
ustedes, sin el apoyo de la población están levantando. Edificio que satura y
entierran en vida a todas y todos los vecinos del entorno y agrava el ya de por
sí caótico estado de nuestras calles en cuanto a tráfico y aparcamiento se
refiere.
Miren, cuando las y los vecinos estén
sentados en sus casas, mirando por la ventana y observando su edificio tan
“amable” y “tocho” a escasamente 8 metros de su vista, entonces, se acordarán de
su estética, de los puntos de vista diferentes y, sobre todo, del gusto de los
demás, a los que no les afecta para nada. Y no es solo doliente para quienes
viven en su entorno. También lo es, y mucho, para las y los viandantes que
paseen por los alrededores ya que, no lo olvidemos, con su habilidad para
trastocar las imágenes esta plaza, parece la plaza Roja de Moscú o la de
Tiananmen en Pekín, pero nada más lejos de la realidad. Soportar semejante
opacidad en las reducidas dimensiones de dicha plaza, lo único que conseguirá
es ahogar su entrono más de lo que ya consigue con su desbordada altura. Si lo
que pretenden es, como dicen, convertirse en un referente en la trama urbana,
lo están consiguiendo, pero un referente del rechazo a la imposición.
Y por cierto, por terminar. Decir que el
acero corten tiene la virtud de la durabilidad y el bajo coste de
mantenimiento, este no creo que sea mejor que el del vidrio, cuyo mantenimiento
solo implica la limpieza, algo que se deberá hacer esté o no la piel de acero,
un sobre gasto añadido e innecesario del todo. ¿Niegan que el acero corten
ensucia, trasladando la pátina oxidada al firme de la plaza? Porque es algo
obvio que se puede ver allá donde esté este material. Respecto a la mejora
energética, ¿les parece que empecemos a enumerar la cantidad de edificios con
fachada acristalada que existen, de titularidad pública, en los que seguro que
también se ha buscado la eficiencia energética?