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Hacía días que me rondaba por la
cabeza escribir estas líneas. La verdad es que no deseo polemizar con nadie,
pero hay cosas de las que uno se libera o revienta, y esto es lo que me viene
sucediendo desde que hace un par de días leí los muy respetables comentarios
efectuados por el señor José Ramón Blázquez,
respecto a la opinión de la Asociación de Vecinos de Romo en lo
concerniente a la Romo Kultur Etxea, en Factbook.
La verdad, es que siempre tuve
dudas sobre la valía de los comentarios de muchas de aquellas personas que
aparecen en medios de comunicación bajo la figura de tertulianos, contertulios,
especialistas, sabios, etc. La lapidaria frase ‘’los anti-Guggenheim son ahora anti-Kultur Etxea de Romo-Las Arenas y
los pro-Guggenheim somos pro-Kultur’’ con la que el señor José Ramón
Blázquez pretende zanjar el asunto de la Kultur Etxea de Romo-Las Arenas, me
ratifica en la duda ya que, con un comentario tan reduccionista, lo que hace es
demostrar no haberse enterado de nada y no haberse estudiado la lección, igual
que los malos estudiantes. Sinceramente, creo que antes de emitir juicios y
opiniones es recomendable hacer acopio de datos, y en base a ellos generar
opiniones fundamentadas.
Lo primero que recomendaría al
señor José Ramón Blázquez, es que analizase como se formula inicialmente este
proyecto, cuales son los pasos dados y que acontecimientos se han ido
sucediendo hasta llegar al resultado final (veremos si es final o no ya que, en
este asunto, las cosas cambian de un día para otro).
Pare empezar he de decir que
todos los vecinos de Romo, y esta asociación en particular, estamos convencidos
de la necesidad y conveniencia de que Romo tenga un aula de cultura que
satisfaga las necesidades socio-culturales de este barrio y limítrofes. Es por
ello que instamos al equipo de gobierno a que devuelva al barrio cuanto antes
aquello que de manera prematura e incompresible arrebató con el derribo de las
viejas escuelas de Santa Eugenia (que casualidad justo unas semanas antes de
las últimas elecciones municipales). Este es el primer tropiezo del actual
equipo de gobierno. Derribamos una infraestructura vieja, pero útil, bajo la
disculpa del inicio de unas obras que estarían finalizadas en setiembre del
2012 y que ahora, sabemos que antes del 2016 “nanai de la china”.
Un segundo aspecto es la deriva
errática de este proyecto, que deja bien a las claras que nunca hubo un
proyecto cultural definido sino la idea de hacer algo impactante. Según el PSE
el proyecto inicial no tenía planta subterránea, posteriormente se incluyó una
planta sótano donde se ubicarían almacenes básicamente. Hoy sabemos que a la
planta sótano le ha crecido una plata semisótano y que en lugar de almacenes
albergará un salón de actos para 300 personas. Por cierto, la ejecución de esta
planta sótano trae en jaque a los propietarios de los inmuebles colindantes, ya
que para llevarla a cabo es necesario introducir anclajes por debajo de dichos
inmuebles (la mayoría de más de 50 años y algunos de estructura de madera),
para lo que no se duda en utilizar la figura de la expropiación temporal
forzosa de manera abusiva, a mí entender. ¡Que vecinos más desagradecidos
cuando a decir del señor José Ramón Blázquez se van a revalorizar sus
viviendas! El asunto de la planta sótano es uno de los varios aspectos en los
que la volatilidad de los criterios queda patente, pero podemos seguir y no
parar.
Lo que antes era una Kultur Etxea
ahora es calificado como edificio
polivalente. Lo que antes era la Kultur para todo Getxo con un horizonte
temporal de 50 años ahora parece que se circunscribe al ámbito de Areeta-Romo
(lógicamente). Cuando con anterioridad el euskaltegi y la nagusien etxea
tendrían una ubicación provisional en el nuevo edificio, ahora se quedan
definitivamente en él. Donde se iba a ubicar la Oficina de Atención Ciudadana
ahora se situará un gaztegune. Podríamos seguir enumerando contradicciones que
muestran la ausencia de criterios claros en la elaboración del proyecto
socio-cultural que necesita Romo-Las Arenas. Desde el inicio venimos
denunciando que lo que había era un proyecto de edificio y no un proyecto
cultural. Para justificar el tamaño del edificio se ha utilizado el argumento
de la riqueza asociativa de Getxo, pues estudien el proyecto y verán que los
espacios destinados exclusivamente a las asociaciones vecinales y culturales no
son significativamente mayores a los que había antes de derruir las escuelas de
Santa Eugenia y cambiar los usos del edificio de la calle Las Mercedes (antiguo
mercado).
Otro aspecto preocupante es el
modo en que el equipo de gobierno ha gestionado la desinformación en este asunto. No es invento mío, los hechos son
los hechos. Hace unos días el ayuntamiento citó a esta asociación de vecinos
para hacer la presentación del proyecto definitivo, y cuando se les hacen
preguntas tan diáfanas como ¿cuánto cuesta la implantación de acero corten en
la fachada?, responden que no saben, que no se acuerdan. Si se pregunta sobre
si ha hecho algún estudio de afección en el tráfico y aparcamiento en la zona
ponen cara de asombro. Si se pregunta sobre el destino de aquellos
equipamientos que en teoría quedarán vacíos de contenido (euskaltegi, locales
de Gobela, sala Andrés Isasi, actual nagusien extea) responden que Dios
proveerá. Quiero reseñar una cosa, tres semanas antes de anunciar a bombo y
platillo que las obras estaban adjudicadas (este asunto de la adjudicación
tiene tela también, nos han estado vendiendo la moto de un proceso de reflexión
y resulta que la empresa BIKANI era adjudicataria de la fase de excavación-
cimentación desde el 2011), yo personalmente estuve en dependencias municipales
intentando recabar información sobre el proyecto, los planos y documentación
que se me facilitaron no tenían nada que ver con el proyecto presentado
finalmente ¡qué raro!.
Puedo seguir esgrimiendo argumentos
pero creo que lo mejor es poner final a este escrito con una mención a la progresía de las personas. No tengo
claro si soy progresista o no, de la misma manera que tampoco tengo claro que
es ser progresista, máxime cuando en este país todo el mundo se declara
católico y no va a misa, se declara de izquierdas y vota masivamente a partidos
de derechas o nos manifestamos como defensores de los derechos humanos pero
ponemos en duda la ayuda a los emigrantes. Como ve señor José Ramón Blázquez
soy un mar de dudas, pero en lo que no tengo duda alguna es en usted no tendría cabida en lo que yo podría
considerar una persona con ideas progresistas, eso si, dejando bien claro que
para nada eso es algo malo.
Como podrá ver en este largo
escrito lo que prevalece es la ideología
y no el análisis más o menos acertado de un proyecto que genera dudas en muchos
vecinos de Areeta-Romo. Digo que genera dudas y rechazo porque he estado en la
calle recogiendo firmas y opiniones de vecinos que voluntariamente y sin que
nadie tutele su pensamiento manifiestan querer una Kultur Etxea en Romo, pero
que les gustaría que fuese más equilibrada en tamaño y presupuesto, además de
abogar por que aquellos edificios que hoy tienen consideración de equipamiento
público y que verdaderamente son
identificativos de Romo (euskaltegi por ejemplo) sigan manteniendo tal
consideración y no sean utilizados en un futuro como elemento especulativo o
moneda de cambio.
Ander Fernández es miembro de la Asociación de Vecinos de Romo
Ander Fernández es miembro de la Asociación de Vecinos de Romo
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